Para saber más sobre este rincón del norte, es interesante conocer su historia. Una historia que también dará explicación a los diferentes edificios religiosos, castros o incluso a la construcción de algunos edificios significativos de la villa.
Las raíces de Ares se remontan a la cultura castreña. Este asentamiento da lugar a vestigios de diversos castros, tales cómo el Castro Mourón, el Castro de Ares o el Castro de Santa Mariña, entre otros.
También fue importante el paso romano por el territorio, donde bautizan la forma del Golfo Ártabro como arco, dada la forma que las rías de Ferrol, Betanzos, A Coruña y Ares conforman. Son también los romanos quienes construyen en el municipio el Puente de la Ciscada, del que hoy podemos disfrutar y el cual se encontraba sobre la vía que conducía de Ares a Pontumio.
Años más tarde la valerosa Casa de los Andrade cobra importancia en la época medieval, ya que recibían poderosas rentas dado el dominio de la misma sobre el territorio. Y fue uno de los componentes de esta familia, Fernán Pérez de Andrade “O Bo”, quien hizo construir el Monasterio de Santa Catalina en 1393.
Otro de los acontecimientos destacados que permiten que hoy disfrutemos del encanto y familiaridad del barrio del Porto es la llegada del asentamiento judío que vienen al pueblo huyendo de la persecución de los Reyes Católicos. La colonia judía comienza a dedicarse así al negocio de la sal.
No fue hasta mediados del siglo XVIII que llegaron los “Fomentadores” catalanes, que introdujeron procedimientos nuevos para la conservación del pescado. Un acontecimiento que fue realmente útil para los habitantes, ya que en Ares jugaba gran importancia el sector pesquero, algo que todavía permanece, unido al sector servicios.
Finalmente, de la historia del municipio se puede destacar la pisada cubana en el mismo. Dada la crisis económica del siglo XIX y la primera mitad del XX, muchos habitantes comienzan la ruta ultramarina cara Cuba, y muchos otros a la ciudad vecina de Ferrol.
Son los emigrantes cubanos quienes contribuyen enormemente al desarrollo cultural de la población aresana, de hecho, hoy podemos admirar y disfrutar de la antigua escuela de instrucción “Las Alianzas”.
En lo que respecta a la actualidad, Ares es un municipio que recibe abiertamente a todo aquel que se preste a descubrirlo y en el paseo y por sus calles deja ver y revivir toda su historia, una larga tradición marinera y un crisol cultural que nace en la Edad Media y se pierde en los albores del siglo XXI.