Este fin de semana, la villa de Ares celebrará un año más sus Alfombras Florales, una fiesta declarada de Interés Turístico de Galicia que acercará mantos de flores a modo de arte efímero por las calles del núcleo urbano de la localidad.
Con todo, el esfuerzo para materializar esta celebración arranca cuanto menos un mes atrás, partiendo de un trabajo colectivo y silencioso: el de preparar los materiales que se precisan para la confección de las alfombras durante la noche de este sábado, 1 de junio.
Picar y organizar el verde, distribuir las cajas y mismo llevar a cabo el pintado de las calles son algunas de las tareas de las que se responsabilizan vecinas y vecinos aresanos, en un ejemplo de compromiso con el mantenimiento de esta tradición que aúna arte, cultura y flores. Guardan entre las manos mucho trabajo, organización, ilusión y también cansancio, aliviado por las conversaciones y la compañía mutua.
Y entre los rostros del vecindario que se reparten por los centros de preparación de materias también brotan caras de pequeños y pequeñas que se involucran en la iniciativa y recuerdan un reto: conseguir que las Alfombras Florales de Ares perduren en el tiempo a través del relevo generacional, continuando así con una práctica que tiene sus raíces a finales del siglo XX.
FOTOGRAFÍAS: Alicia Seoane, de Ferrol360.