La Alianza Aresana acogió la inauguración oficial del V Ares Indiano, la celebración que se centra en los migrantes que partieron del pueblo hacia América.
28 actividades convertirán el fin de semana en un viaje de época al pasado y un recuerdo de las personas que se fueron a trabajar por un futuro mejor.
La Alianza Aresana, uno de los edificios más emblemáticos de la historia local, acogió esta mañana la inauguración de la quinta edición del Ares Indiano, el acto para recordar una parte central del pasado del municipio. La inauguración sirvió para certificar oficialmente la puesta en marcha de una celebración que se acerca a los niveles prepandemia, con 28 propuestas culturales y de ocio repartidas entre Redes, Cervás y el núcleo de Ares.
Durante el acto inaugural, el alcalde de la localidad, Julio Iglesias Redondo, destacó el papel de “unos migrantes que marcharon, pero que nunca se olvidaron de nosotros, los aresanos, ni de su tierra. Todos contribuyeron a hacer más grande el pueblo, sabiendo que la educación era la clave del progreso”.
Tanto el alcalde de Ares como la concejala de Cultura, Alma Barrón, entregaron a los patrocinadores y colaboradores del evento una placa conmemorativa en agradecimiento a su involucración en la fiesta de época. También rindieron homenaje a la familia Fuentes, propietarios de un negocio que cumple 75 años y presenta origen indiano.
No obstante, tras la inauguración oficial esta mañana, que se cerró con la actuación del trío Blanco y Negro, habrá oportunidad de disfrutar de rutas históricas en barco, a pie y en autobús; para acercarse a la música cubana; visitar alguna de las dos exposiciones activas («Inventio Mundi: Galicia en los viajes transoceánicos en los siglos XV-XVIII» en la Agrupación Instructiva de Caamouco y «Retratos de Familia» de Delfín Vázquez en la Alianza Aresana) o acércate a la XII Fiesta de la Jibia, ambientada como los Jardines de La Tropical, lugar donde se realizaban las romerías gallegas en La Habana.
Así es como se retrocederá en el tiempo no solo por un motivo lúdico, sino también para difundir y esparcir la profunda huella indiana en Ares, tanto en su configuración arquitectónica como en su evolución cultural. Un recuerdo de todas las figuras que lucharon por la mejora y el bien del pueblo, independientemente de su éxito económico.